Cuando escuché hablar de Mindfulness por primera vez no le di importancia; me dijeron que consistía en Meditar y respirar. Por aquellos tiempos era de las que decía que con mis “nervios” sería incapaz de estar sin pensar ni hacer nada ni dos minutos. Me pareció aburrido y eso que yo había estudiado Psicología y participado en talleres de relajación; pero por cosas de la vida estaba trabajando en algo que no tenía relación.

Mi vida personal dio un vuelco a todos los niveles hace unos años y me encontré aturdida y sin saber dónde aferrarme. Empecé a conocer a una serie de personas que trajeron consigo temas que me comenzaron a interesar: la espiritualidad, la física cuántica… y así empezó mi periplo de investigación.  La películas Y tú qué sabes con Joe Dispenza, y la El cambio de W. Dyer, la psicología positiva y otros muchos me acompañaron en mi viaje de transformación personal.

Si cuando algo externo a mí me interesaba no paraba hasta encontrar toda la información que podía al respecto  ¿por qué no investigar sobre todo aquello que podía hacerme sentir b